Los enfrentamientos se reanudaron entre el ejército de Sudán y una poderosa fuerza paramilitar después de que expirara un alto el fuego de tres días el miércoles por la mañana, informaron un grupo de protesta y residentes.
Sudán se sumió en un conflicto a mediados de abril después de meses de tensiones latentes que estallaron en luchas abiertas entre generales rivales que buscaban el control del país africano. La guerra se desarrolla entre el ejército, dirigido por el general Abdel Fattah Burhan, contra las Rapid Support Forces, una milicia que se ha convertido en una milicia paramilitar dirigida por el general Mohamed Hamdan Dagalo.
El alto el fuego, que fue negociado por Estados Unidos y Arabia Saudita, finalizó el miércoles a las 6 a.m. hora local. La tregua ha traído una calma relativa a la capital sudanesa, Jartum, desde que entró en vigor, pero hubo informes de feroces combates que comenzaron el martes por la noche en partes de la ciudad.
Los residentes dijeron que los enfrentamientos se centraron en una sede de inteligencia cerca del Aeropuerto Internacional de Jartum. Tres personas que viven en la capital dijeron que se produjeron enfrentamientos esporádicos en otros lugares de la capital.
“Las batallas se intensificaron”, dijo Khaled Abdel Rahman, que vive en el centro de Jartum. Reverberó en toda la región”.
Naciones Unidas aprueba una resolución para abordar las violaciones de derechos humanos en Sudán

Las personas abordan un camión cuando salen de Jartum, Sudán, el 19 de junio de 2023. (Foto AP, archivo)
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También se informó de enfrentamientos violentos en torno a una instalación militar en la ciudad vecina de Omdurman, según los comités de resistencia de la zona, que forman parte de un grupo más amplio que ha encabezado manifestaciones a favor de la democracia en los últimos años.
La reanudación de los combates indica el fracaso de los esfuerzos de Estados Unidos y Arabia Saudita para extender la tregua. Washington y Riyadh están mediando entre las facciones en guerra para detener los enfrentamientos.
El conflicto se centra en gran medida en la capital y la región occidental de Darfur en Sudán, que ha sufrido ataques por motivos étnicos contra comunidades no árabes por parte de las RSF y las milicias aliadas, según funcionarios de la ONU.
Los combates han matado a miles de personas y han obligado a más de 2,5 millones a huir de sus hogares hacia zonas más seguras de Sudán y los países vecinos, según la agencia de migración de las Naciones Unidas.